Sobre la cama de mis padres, en la casa del Secarral, vive un muñeco que se llama Toñito.
No sé cuál es el valor afectivo de este muñeco. Hay veces que ves a gente paseando a perros pequeños, feos y gruñones y piensas –qué suerte que tiene este perro, tener alguien que lo cuida y lo alimenta cuando la mayoría lo desecharía. Toñito supongo que sería uno de las decenas de muñecos que tuvieron mis hermanas, seguramente el más feo, y que podría haber terminado en un vertedero hace muchos años. El porqué mi madre lo prohijó no lo sé. El caso es que tuvo suerte.
No vive mal Toñito. Pasa buena parte del año solo. Está cómodo y puede desarrollar su vida interior. El ocio puede ser el padre de todos los vicios pero también es la madre de la filosofía. No sé por dónde se decantó Toñito pues es de pocas palabras. Yo lo veo más cercano al estoicismo que del epicureísmo, pero ésta es sólo una tonta opinión personal, una parida pretenciosa.
Por el Secarral en invierno hace bastante frío. Estando la casa cerrada la temperatura dentro puede llegar a los cinco grados. Mis padres tienen ya nueve nietos y juguetes y muñecos hay por todas partes. Todo se queda más o menos recogido. Más o menos. Pero, cuando llega el invierno, mi madre, al salir, nunca olvida dejar a Toñito bien tapado. Si los demás muñecos pillan la pulmonía es algo que a nadie le importa. Toñito es delicado y ha de pasar el invierno arropado.
Cada vez que me escapo un fin de semana para allá tengo la obligación de pasar por la casa paterna y comprobar si sigue en pie, si no ha ardido o no ha sido ocupada por la secta Moon. Doy una vuelta por todas las habitaciones y, por supuesto, me aseguro de que nada molesta a Toñito y de que su temperatura corporal es la apropiada. Que nada altere su bienestar ni su paz interior.
Porque, en el fondo, sé que Toñito conoce la respuesta.
jueves, 11 de marzo de 2010
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12 comentarios:
Toñito es otro hijo más para tu madre me temo...
La respuesta ¿a qué pregunta?
Si os mata, o no, si se va de casa, o no,si acaba con los demás muñecos, o no.
Toñito, me temo, es un psicópata y no tardará en encontrar la pregunta y en tonces ya podéis empezar a temblar.....
Mi querida amiga Córal (con acento en la o), tal vez no haga falta pregunta. Quizá algún día Toñito se incorpore y diga una palabra, una solo. Y tras escuchar esa palabra la vida de ninguno vuelva a ser la misma.
Tus descripciones costumbristas acerca de los entresijos del secarral manchego me llegan al alma, que una también es manchega y prófuga cara al Mediterráneo. En casa de mis padres el único Toñito que hay es mi hermano mayor cuando mi madre está efusiva, pero sospecho que nuestro personaje silencioso perticular, misteriosamente duradero, el que lo sabe y lo calla todo, es una mujer retratada en un cuadro con un pecho al aire y mirada de resignación. Es toda una presencia. Estoy por llevármelo a hurtadillas y enviárselo a Almodóvar, con eso te lo digo todo.
A mí me daría un poco de 'cosina' que mi madre le prestase tanta atención a un muñeco. Un día empezará a dejarte de lado por el muñequín. Y no habrá vuelta atrás.
Marta, ¿qué costa de los Estados Unidos está bañada por el Mediterráneo?
Y no sé yo si llamarlas descripciones costumbristas. Tal vez apuntes anecdóticos. Y me alegro que te conmuevan. Siempre es halagador. Y ya sabes que la vanidad mueve el mundo.
Y muy bonitas tus fotos. Debí decírtelo antes.
Álex, sustituye muñequín por nietos y el futuro ya está aquí.
Ahora mismo, Valencia :) Pone "Estados Unidos" porque me hice el Myspace cuando estaba viviendo en Boston, y luego no cambié el lugar para que me siguiera dejando entrar en los eventos que programan por países (hace poquísimos meses, por ejemplo, la presentación del disco de Muse, que me encantan; ya ves tú, Internet tiene fronteras, la cosa es así de estúpida, y más estupido es que, existiendo las IP, le digas a una web que eres de tal sitio y que la web te crea sin más y te envíe un link que no te enviaría si fuera cierto que eres de Puertollano pero estás viviendo en Boston; están locos estos romanos). Gracias por lo de las fotos, me alegro de que te gusten. A mí me gustan tus textos.
Entiendo que tu madre le haga mucho más caso a tus nietos que a ti. Pero lo de Toñito es inexplicable y, sí, el asunto despierta temor y desasosiego. Mi imaginación se dispara, soy consciente, pero si me permitís que desbarre un poco: o en Toñito está la representación de alguien querido y perdido, o en tu madre hay una niña, una infancia que se resiste a desaparecer, tal vez difícil, tal vez desatendida, que se agarra a Toñito y a sus cuidados para mantenerse viva y dedicarse a jugar, ahora que puede. Fantasmas íntimos y propios, pero inofensivos.
Uf, ya desvarío :)
¡Boston! ¿Y viste a Kevin McHale? ¿Y a Larry Bird? ¿Y a Sam Malone?
Siendo de Puertollano espero que no te ofendas si te digo que considero a Santiago Cañizares como una de las personas más detestables que jamás haya existido. Por mi parte me siento allegado a Fray Luis de León.
Respecto a lo de mi madre y Toñito, frío, frío.
No, no, y ya quisiera, pero sí vi el Cheers. Y me crucé con el rodaje de "The departed", la de Scorsese. :D De Cañi no puedo hablar porque no le conozco, y porque resulta que ahora es, vía matrimonio, "el tío Santi" para las hijas de una de mis mejores amigas.
¿Así que tienes una hipótesis para el fenómeno Toñito? ¿La vas a contar? ¿Porfiiii? :)
Un amiguete mío corredor está bastante relacionado con el suegro Salom. Al final Valencia es un poblet.
Mi hipótesis es muy simple. Toñito tiene una mente superior y nos ha educado de manera sutil para que le sirvamos. Sus necesidades no son muchas y eso posibilita que su tiranía sea inapreciable. El día que sus demandas aumenten...veremos.
Siempre me ha dado mal rollo las camas habitadas por muñecos/as... Mi tía tenía una, al parecer mi abuela también, a mi madre le dió una época la vena, pero parece que terminó por desterrar la muñeca al fondo de un armario (tampoco es que eso me tranquilice mucho, pero bueno...)Por mi parte, di por zanjada esa "tradición" que parecía heredar una generación tras otra... Entonces un día veo a mi hijo hacerse la cama y colocar con esmero su peluche (concretamente el koala con el que duerme) sobre la almohada y empiezo a temblar... Y ahí se queda, con sus ojos de plástico mirándome fijamente. Glups.
Yo lo comparo con las palomas, que ocupan las plazas de las grandes ciudades, lo llenan todo de detritus (por decirlo finamente) y, encima, la gente les echa de comer. Dime que las palomas no son más listas.
Por lo menos los muñecos son más listos y no necesitan mucha comida. Aunque los koalas no lo sé.
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