Estadio de Mestalla. Sábado por la noche. Se va a jugar un Valencia Atlético de Madrid. Debajo del marcador, en lo más alto de la grada más alta, allá donde anida el cóndor y donde las nieves son perpetuas, tan alto que la gente no se lleva radio para seguir los partidos pues llegaría antes el sonido que la imagen, dos cuarentones, rubio uno, cetrino el otro, toman asiento. Ningún aditamento exterior muestra el valencianismo y la valencianía del rubio. El cetrino porta su legendaria bufanda rojiblanca. La bufanda está atada en la barandilla. Una bestia parda con la cabeza rapada, con un cuello como el de Tyson y con un centímetro cuadrado de su brazo derecho sin tatuar sube por la escalera. Al llegar a la altura de nuestros protagonistas se queda mirando la bufanda. Acto seguido mira muy fijamente al cetrino. Éste siente un sudor frío similar al que se debe sentir en un paredón mientras piensa –ya tenemos el lío.
-Así me gusta. Tú eres de los míos.
Y muestra su reloj en cuya correa está grabado el escudo del Atleti.
-Juegan Cléber Santana y Valera. ¿Cuántos nos van a caer hoy?
-Con tranquilidad, ¿eh? Con tranquilidad.
Minuto noventa y tres. Empata Maxi. El cetrino, después de dar un grito que aún retumba por toda la Comunitat, golpea con euforia los hombros del rapado, que está sentado delante. El rubio masculla algo sobre la defensa de su equipo. El público exige la vivisección de su entrenador a lo vivo y en mitad del campo. Qué grandes sensaciones se pueden vivir en un campo de fútbol, ninguna de ellas lógica, ninguna de ellas razonable, todas intensas. Qué disparatados lazos de amistad eterna se establecen en un campo de fútbol. Qué bonito es marcar en el último minuto.
P.D. Adjunto foto de recuerdo del evento. Por aquello de preservar la intimidad y el derecho a la misma he pixelizado (con ayuda) los rostros de los cincuenta mil asistentes al partido. Los dos que aparecen en primer plano son el rubio y el cetrino. Por sus atuendos es fácilmente conjeturable que no son góticos aunque sí presocráticos, palabra también esdrújula y, por tanto, de enorme sonoridad y que queda bien en cualquier foro.
P.D. Para evitar suspicacias y posibles malas interpretaciones solamente indicar que la mano izquierda del de la bufanda NO estaba tocando el culo del rubio. Que quede claro.
lunes, 28 de septiembre de 2009
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15 comentarios:
Emmm, se ve un poco de tu frente.
Este... ir al estadio ajeno con la bufanda del propio equipo y SOLO es una provocación, eso sí, denota que los tienes cuadrados.
¿Las hijas de ZP en Mestalla?
Sí que es grande lo que se siente en un estadio de fútbol. En lo más alto de la grada más alta de Mestalla, yo vi bajar a la Real a Segunda. Con eso te lo digo todo...
Vaya,has estado muy inspirado para la lengua de Cervantes.Me ha gustado la lectura de tu post,más que por lo que dices,por como lo dices.
Parece increíble que haya un Valencia-At.Madrid y que ni me haya enterado hasta el domingo,que aun a lunes a las siete de la tarde no haya visto los goles y que no me den ganas ni de verlos.Algo esta cambiando...
Tienes poco pelo,no?
je,je...
un abrazo
Llevo el pelo corto, pero no estoy calvo ni mucho menos. J.P., dile a Sett cuánto pelo hay en mi cabeza.
Mestalla es un campo tranquilo. He ido muchas veces con mi bufanda y nunca tuve el menor problema. Mientras no hagas tonterías no te pasa nada.
Podría hacer un chiste comparando a las hijas de ZP con las defensas de Valencia y Atleti pero me resistiré.
Espero que vuelvas pronto a Mestalla. No te preocupes porque no lo van a hundir nunca y jamás terminarán el campo nuevo, salvo que se encargue tu amigo el Bigotes de gestionar su finalización.
Eso de "no hacer tonterias" es un buen consejo. O si no que se lo digan al tabobo que se puso ha hacer el indio en la presentación de Ibrahimovic.
Haber sacado foto del rapado.
ya ya....
;)
esta noche creia que oia los truenos y resulta que era tu grito resonando...me dejas más tranquila!
Perdona que te corrija, Sisterboy. El memo que montó el pollo en la presentación de Ibrahimovic hizo el vikingo, no el indio. No es lo mismo.
¿Foto del rapado? No me atreví a pedírselo. Mejor tener la fiesta en paz.
Creo que nos quedan dos días más de grito resonando, Slim. A ver si fue el gol de Maxi el que ha provocado la gota fría.
yo estuve en Mestalla el día que el Valencia le metió 6 al Madrid (Copa del Rey del 99, creo) y puedo dar fe de que los asistentes a mi alrededor se divirtieron mucho, con el partido y conmigo.
No sé que habría pasado si yo hubiera cantado 6 goles, por mucha educación que le hubiera puesto.
Jajaja!!
Para fotografiar el cuello del rapado y que cupiese entero en el formato panorámico de la cámara del cetrino tendríamos que habernos alejado 20 filas de asientos atrás. Como estábamos en la penúltima hubiéramos sido dignos émulos del pobre Coyote.
Quiero dar fe de mi regreso incólume a casa. Las muestras de afecto cetrinas fueron castas pese a mi indudable atractivo físico. Eso sí, la lesión auditiva de mi tímpano izquierdo provocada por su alarido del minuto 93 es, me temo, irreversible.
En el 99 fue. Y no sé que es peor, si que el Valencia te meta seis en Mestalla o que te meta tres en la final de Copa en Sevilla con el Piojo y Mendieta haciendo de las suyas.
Siento lo de tu tímpano, como también siento el estado en que quedó la barandilla con los cabezazos que le daba cada vez que fallábamos un gol.
Mucho circunloquio para acabar haciendo pedorretas a los valencianistas.
Huelo la venganza en las botas del asturiano.
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