miércoles, 22 de abril de 2009

Autoestima primaveral

Primavera en el cauce viejo del río Turia en Valencia. Un atleta alto, delgado, con gafas y cuarentón va rodando tranquilamente. En el césped, junto al Palau, una mujer de mediana edad está sentada leyendo un libro. Al pasar el corredor por delante, ella pregunta:

-¿Qué? ¿Preparándote para estar bien este verano?
-Bueno, más o menos.
-Pues a ti no te hace falta. ¡Macizazo!

Guapo que es uno.

11 comentarios:

3'14 dijo...

Infravalorar al personal (extraído del manual de como quedarse sin amigos en dos segundos)

Eso, o las opciones de la mujer para echar la caña eran más bien limitadas.

Malasombra que es una.

Arual dijo...

No lo dudamos, no lo dudamos!!

GARRATY dijo...

Eres el nuevo sex simbol deportivo. Se acabó la era de David Beckham.
Ahora, por favor, no empieces a experimentar con nuevos peinados.

Anónimo dijo...

Es lo que tiene el río, que los de la O.N.C.E. pasean mucho por allí.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Para que luego digan que los piropos sólo nacen de obreros necesitados...

El Impenitente dijo...

No era de la ONCE. No hay más que ver el gusto tan excelente que tenía.

Pues sí que estoy experimentando con nuevos peinados. De hecho, me estoy dejando canas.

Limitadas no eran sus opciones. Por el río suele haber bastante gente. Lo que no sé es cual era su frecuencia a la hora de tirar la caña.

Ana dijo...

Seguro que quien te lanzó el piropo era un cañonazo de tía que no tendría ni veinticinco años. Seguro.

El Impenitente dijo...

Bueno, si tuviésemos que clasificarla por su belleza podríamos incluirla en una categoría situada en la horquilla entre Mónica Bellucci y Terele Pávez. Y su edad estaría entre la mía y la de la momia de Tutankhamon.

J.P. dijo...

...Y entonces tú te apartaste, y el atleta alto, delgado, con gafas y cuarentón comenzó a ligotear con la mujer de mediana edad...

SisterBoy dijo...

Pues que casualidad porque hoy mismito he oído hablar de una cosa llamada "runner´s high" que es un subidón que le da a los corredores y que algunos comparan con una experiencia sexual.

No si al final eso de correr va a resultar algo de lo más cachondo

El Impenitente dijo...

Los que corremos somos adictos a las endorfinas, desde luego. Y es un placer incomparable, te lo aseguro.