

V. celebraba su despedida de soltera. Junto a todo su grupo de amigas se dirigía a una planta baja donde tenían previsto cenar. Iban las muchachas muy discretas, sin disfrazar y sin apéndices masculinos en la cabeza. En el camino se encontraron con nosotros que estábamos haciéndonos fotos junto al monumento a Don Luis después de habernos mojado la cabeza en una fuente. Nos llamaron. Nos pidieron que les hiciésemos fotos también junto a la estatua. Nos preguntaron si conocíamos “Desde Santurce a Bilbao”. Por supuesto. La cantamos. Fuimos cantando hasta su planta baja que estaba justo enfrente de la nuestra, donde teníamos la cena por preparar. Las invitamos a pasar. Las invitamos a vino. La novia se casaba con un vasco y nos dijeron si nos conocíamos más canciones vascas pues ellas sólo se sabían “Desde Santurce a Bilbao”. Les dijimos que sí, pero que, como éramos de Cuenca, nos apetecía más cantar jotas manchegas. Y eso hicimos. Nos pidieron después que cantásemos “Clavelitos” y la cantamos. Se despidieron. Se fueron a su local. Nosotros nos quedamos en el nuestro. Preparamos la cena. Cenamos. Se nos disparó la tensión con el pollo que preparó Javi pues no era pollo con especias sino especias con pollo. Torres marcó un gol y lo celebramos como merecía. Sobremesa larga cantando canciones mejicanas (que me sirvan una copa y muchas más. Que me sirvan de una vez pa’ todo el año). Recogimos. Estábamos ya en la calle cuando aparecieron varias amigas de la novia cargadas con bolsas. Nos pidieron que la entretuviésemos (cantando) mientras ellas le preparaban una sorpresa. Salió la novia con varias amigas. No sé cuál cantamos (“Semos de Cuenca”, me parece). Salieron el resto de amigas. Nos pidieron que entrásemos. Nos invitaron a vino. Cantamos todos juntos a San Cosme y San Damián, patrones de Arnedo (los navarros y riojanos hoy, con gran solemnidad, honramos en este día a San Cosme y San Damián. Precioso. Pero precioso, precioso). Luego le cantamos a la novia “Yolanda” de Milanés pero cambiando Yolanda por su nombre. Después nos dijo que su canción favorita era “Reloj no marques las horas”. Y la clavamos. La clavamos. Detén el tiempo en tus manos. Haz esta noche perpetua. Nos despedimos de ella. Nos despedimos de ellas. Nos fuimos. Fue un mutis por el foro elegante, brillante. Habíamos cantado como nunca. Todo esto es lo que nosotros pensamos que ocurrió. Lo que ocurrió realmente y lo que piensan ellas que pasó (que también iban finas) no lo sabemos. Y mejor que no lo sepamos.
Arnedo está emplazado en La Rioja. En Arnedo viven dos ilustres Faisanes, Joseba y Josu, también conocidos como los riojanos, que son carísimos de ver. Los riojanos siempre dicen que van a venir a la concentración de amigos que celebramos semestralmente en el secarral, conocida mundialmente como Faisanada, pero nunca vienen. Y si Mahoma no viene a la montaña pues cogemos la montaña y nos la llevamos a donde haga falta. ¿Hay vino en Arnedo? Sí. Pues no se hable más. Y allá que nos fuimos. Trece nos juntamos. Dejamos la montaña aparcada a la vera del Cidacos y al lío. Cuando un grupo de amigos se reúne siempre es agradable y divertido. Cuando se reúne en un lugar distinto al habitual todo se convierte en especial y cada instante es inolvidable. ¿Qué hicimos? Nada diferente, quizá. Básicamente comer (mucho), beber (más), cantar (un poco) y bailar (lo justo). Bueno, también hicimos excursiones a Arnedillo y al centro de salud. Pero todo fue distinto. Y nos ha dejado un regusto (o retrogusto, ya que fuimos a La Rioja) imborrable. Y así se torna idílico hasta el hecho de compartir habitación con Herman No Opina (se llama así), de quien ignoraba que por la noche se transforma en una manada de búfalos pues es imposible que un ser humano ronque de esa manera. Dicen que Arnedo es grande aunque nuestros guías se empeñaron en que sólo conociésemos una avenida y dos calles que es donde estaban todos los bares. Les dimos varias vueltas. Como de día son bares y de noche son garitos siempre nos quedaba la duda de si habíamos estado antes. Es lo malo de fijarnos sólo en las camareras. Si alguien, al ver el grupo, nos preguntaba le respondíamos que habíamos acudido a un congreso de literatura y que estábamos de tertulia con los dos ponentes. –Pues ya os hemos visto en cuatro bares. –Es que hay disparidad de criterios y no terminamos de conciliarlos. Y no conseguimos conciliarlos. Una pena pues ello nos obliga a crear la Faisanada itinerante de periodicidad a estudiar a la búsqueda del consenso perdido. No podemos quedarnos con esta desazón que nos corroe las entrañas. Quizá Albacete dentro de un año sea un buen lugar para buscar el equilibrio. Porque a Albacete YO VOY. ¿Tú vas?
Hombre que si voy...
ResponderEliminarAlbacete, c... y vete.
Lo siento. Me lo has puesto a huevo.
Así se las ponían a Franco.
pero y de los de la foto quien eres tu, que no te conozco?
ResponderEliminarde comer y beber bien me lo creo por como se las gastan ahi, aunque tambien es verdad que tu comes y bebes bien en cualquier sitio, eso es lo bueno de ser tan educado.
yo nunca he estado en arnedo y eso que una de mis mejores amigas de la carrera era de alla, y sigue alli viviendo trabajando de archivera. como la reencontre hace unos meses en el facebook igual le digo de hacerle una visita!
te voy a presentar a un amiguico cuya entrada de hoy te gustará:
ResponderEliminarhttp://superfectocaballerobritanico.com/2011/06/ocho-cincuenta-y-seis/
Yo no voy.
ResponderEliminarUna despedida de soltera sin sombrero-pollas, aun queda clase en el mundo.
ResponderEliminarA Franco, a Felipe II, a Fernando VII, al rey cazando osos. Y Skywalker, vete a Albacete. Ve un día cualquiera o, casi mejor, ve un día de feria y que te acompañe un lugareño. Después me lo cuentas. Albacete engaña. Albacete sorprende. (Y ahora es cuando el ayuntamiento de Albacete hace un jugoso ingreso en mi cuenta corriente por la publicidad hecha).
ResponderEliminarSlim, ese era el comité de bienvenida. Y si tu amiga es la mitad de buena anfitriona que los nuestros (y viendo cómo nos han tratado los riojanos que hemos ido conociendo, seguro que sí) hazle una visita. Y llévaye la bici. Hay una vía verde junto al Cidacos preciosa. Yo salí a rodar el domingo por la mañana y me quedé con ganas de volver para recorrérmela.
A tu amiguico algo lo conozco pues de vez en cuando le ojeo. Me ha gustado la entrada. He seguido estos días lo de Lamela. Para mí el principio de su fin fue cuando abandonó Avilés y a su entrenador para irse a Madrid. Desde entonces no dio más que tumbos, aunque con Blanquer en Valencia volvió a acercarse a los ocho cincuenta y seis. Luedo el tendón y las depresiones. Y Pedroso fue el segundo mejor. Carl Lewis fue más saltador más tiempo.
Pablo, has de comenzar a superar viejos traumas. A ver si te convenzo.
Pablo, pobre tonto, ingenuo charlatán, no tiene que superar ningún trauma manchego. Pero arrastra una insuficiencia hepática originada en el secarral que cualquier día le pasará factura por querer ser gavilán.
ResponderEliminarInolvidable fin de semana...
ResponderEliminarpero creo recordar que hicimos un pacto respecto a la despedida, aunque Mimi ya lo rompió.
Me temo que nos tocará dar explicaciones tardías, que son las peores porque parece que hay algo que ocultar; a ver cómo vamos saliendo de ésta.
ALCas