viernes, 27 de noviembre de 2020

El mejor amigo del hombre

Si mobiliario viene de movimiento, ésta es la foto del mueble más mueble que tenemos en casa. Llegó cuando mi hijo daba sus primeros pasos. Fueron muchos los partidos en el pasillo. Al principio me ganaba a trampas. Luego ya, sin trampas. De los partidos pasamos a los tiros a puerta, a los juegos a un solo toque. Más tarde, a las tandas de penaltis. Mi hija también se apuntaba. Luego ya dejamos de jugar. Pero el balón nunca se fue. Siempre está. En todas partes. No tiene un sitio fijo. Donde lo vemos, lo pateamos. A la escuadra del sofá. Al marco de cualquier puerta, tratando de que dé en los dos palos y luego entre. El balón es el mueble que más ejerce como tal y que, además, realiza una labor psicológica primordial donde las haya. Puedes ir pensando en cualquier cosa. Puedes estar decaído. Enfadado. El balón tiene el don de aparecer entonces en tu camino. Y logra que, un segundo después, hayas marcado el gol de la victoria, con lo que eso significa. Y que lo celebres como corresponde. Y, si fallas, pues marcas el rechace, que también da mucha alegría. Y problema olvidado. El mueble más mueble no tiene más que ventajas. Siempre está en el sitio oportuno. El mejor amigo del hombre. Nuestro mejor amigo.

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