miércoles, 8 de mayo de 2013

Domingo VI de Pascua

Me tocó leer. Había salido voluntaria una de las madres pero después me preguntó si podía hacerme cargo de la primera lectura. ¿Y eso? Es que hay una palabra que no me sale. Siempre me atasco. ¿Cuál? Ésta. Circuncidaban. Vaya, bonita palabra. No te preocupes, ya leo yo. Leer o hablar en público siempre me intimida, pero ¿en una comunión? Si no te escucha nadie. Si da igual que leas textos bíblicos o la letra del “Porrompompero”. No se van a enterar. Mientras no tropieces y te caigas no pasa nada. Repasando mi texto veo que también incluye la palabra fornicación. Circuncidaban y fornicación. Las primeras comuniones ya no son lo que eran. Llegado el momento me aproximo al atril y comienzo la lectura. Declamo circuncidaban que ni Demóstenes. En esto una de las catequistas llega y me apaga el micrófono. –Vaya, con la Iglesia hemos topado. No. La liturgia de la ceremonia incluía que uno de los comulgantes hiciese una presentación de las lecturas y, por desinformación, había dejado a una pobre niña sin su momento. Ridículo. Abusón. Lee la niña y, un tanto avergonzado, vuelvo a iniciar mi lectura. Circuncidaban. Fornicación. Termino. Retorno a mi sitio. Nadie se ha enterado de lo que he leído. Seguro. Y es una pena, no porque lo haya leído yo, sino porque era una de esas historias que sólo pueden salir en la Biblia. Hechos de los apóstoles, 15, 1-2, 22-29. Unos cuantos paganos han abrazado el credo de Moisés. Bajan de Judea los catequistas que han de encargarse de su instrucción y les dicen que lo de las tablas de la ley está muy bien pero que, si quieren salvarse, se tienen que circuncidar. Según la Biblia se produjeron altercados y violentas discusiones. Talante. Diálogo. Se nombra una comisión con Pablo y Bernabé y suben a Jerusalén a consultar con los Supertacañones de la época. Se reúnen, discuten, eligen a Judas Barsabá y a Silas como emisarios y les entregan una carta: -Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo (leer esta última frase en público me encantó. Tiene mucha sonoridad). Tras el saludo, lo importante: -Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras. Resumiendo, habían salvado el pellejo. O los pellejos. Pero, ¿pensabais que esto iba a terminarse aquí? No. Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación (mientras leía esta última frase no podía dejar de pensar que detrás de mí había doce niños vestidos de primera comunión). Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud.

¿Qué ocurrió entonces? ¿Siguieron los paganos abrazando la ley de Moisés? ¿Volvieron a Baal y al becerro de oro? La respuesta, en Hechos de los apóstoles, 15, 30-35.

6 comentarios:

Ra está en la aldea dijo...

Recuerdo cuando en una clase de niños de 13 años me encontré de pronto hablando de la circuncisión de Jesús y se me ocurrió preguntarles ¿sabéis qué quiere decir circuncisión? Dijeron que no. Sudores fríos al tiempo que pensaba "venga ya, si algunos de vosotros ya estaréis operados de fimosis". Creo que salí del paso bien a jurar por la falta de risas y caras de horror de los adolescentes.

El Impenitente dijo...

Tú lo has dicho. Eran niños al comienzo de la clase. Al terminar tu explicación ya eran adolescentes. Creo que no te olvidarán en su vida.

J.P. dijo...

¿¿¿Que leíste???
¿Y yo sin saberlo?

Qué pena no haber estado allí... Sería un recuerdo para la historia.

El Impenitente dijo...

Añoro los tiempos en que uno podía hacer cualquier cosa sin que hubiesen ni fotos ni vídeos que lo atestiguasen. Estoy por crear una plataforma a favor de la memoria y en contra de los datos.

Y sé que lamentas no haber estado. Y más que tú, tu colmillo retorcido. No sufras. Ya tendrás oportunidad de resarcirte. Seguro.

Slim dijo...

Yo siempre leo en las bodas de mi familia (últimamente me he doctorado en Mario Benedetti)y al menos los novios suelen escucharme. A alguno le ha caído una lagrimilla y todo. y algunas veces, hasta la madrina llora.Pero de la primera fila de oyentes atentos no paso.

claro que yo no les hablo de fornicación. quizá a la próxima lo haga, y me escuche hasta el monaguillo!

El Impenitente dijo...

Si hablas de fornicación y te escucha el monaguillo, es que ha llegado el momento de que abandone el puesto y deje paso a otros. Es el examen trampa.