jueves, 20 de diciembre de 2012

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No caí que con el solsticio de invierno se acababa el mundo (los mayas nunca se equivocan) y volví a perpetrar el mismo acto inútil de todos los años: comprar un décimo de lotería del número indicado en el título. Espero que el fin del mundo sea para todos y que los Niños de San Ildefonso fenezcan también, no vaya a ser que sobrevivan y que, por rutina o por desesperación, hicieran el sorteo y saliese esta vez premiado el número que no existe, por muy código postal de Petín (gracias, Petrarca) que sea; y que yo, en la antesala del Más Allá, esperando mi turno, lo viese y la ira me enajenase y terminara pateando las gónadas al Can Cerbero o arrancándole las barbas a San Pedro (o a San Ildefonso, que sería lo suyo). No sería ésta una buena manera de comenzar mi estancia en la Eternidad, no. Además, no me noto yo todavía muy preparado para afrontar el Juicio Final, así que, pensando en la paz perpetua de mi alma (y sólo en ella), que los señores mayas prorroguen el fin del mundo unas cuantas décadas y dejemos que los Niños de San Ildefonso canten el código postal de Petín y lo acompañen de un cuatro con muchos ceros (seis) a su derecha. La sensación de paz que me invadiría sería tal que mi alma sería ganada para la causa y, llegado el día, no entraría al Cielo como la gran mayoría por la puerta de atrás, no. Entraría al Cielo por la puerta grande, con ángeles y arcángeles tocando en mi honor no fanfarrias sino el himno de Petín. Mi himno.

4 comentarios:

kyezitri dijo...

Impenitente, un cuatro seguido de seis ceros, no un tres...

Cada vez me cabreo más leyéndote y sabiendo que nunca has propuesto una colaboración para Altheia, aunque nos califiques de asociación "con cierta veleidad cultural que los colma de autocomplacencia" ;)

J.P. dijo...

Querido, si me toca la lotería forraré tu casa de camisetas del Madrid y haré la entrada a tu casa con forma de capa de tuna.
(Y yo iré a bendecirla).

Kyezitri, en realidad es bueno escribiendo, pero no te puedes fiar, Ana Rosa también copió.

Slim dijo...

la loteria a ti no te toca, que me va a tocar a mi!! bueno igual dejo que te toque un segundo premio...

bueno me fijare en la tele por si sales con las botellas de champán.

El Impenitente dijo...

El hecho, Kyezitri, de no haber colaborado nunca con la revista se debe a tres razones: las dos primeras serían la timidez y la falta de confianza con vosotros que hicieron que nunca os lo comentase (en realidad aún me asombra el que te lo dijese. A poquísima gente le he dicho yo que escribo. Creo que la culpa fue de la tuna y de sus bandurrias, que provocan efectos extraños en el comportamiento humano). La tercera razón tiene que ver con mi nivel de autocomplacencia y mis veleidades culturales, que pensaba que estaban alejadas de las vuestras y ahora veo que no se llevan tanto. Pero creo que aún estamos a tiempo.

Por lo demás, gracias por advertirme de la errata. Ya la he corregido. Y vas tú más rápido leyendo que yo. Aún voy por la entrada de "Libertad" de Franzen. Pero, a mis despacios, tengo intención de leerlo todo. Ya nos veremos estos días y charlaremos.

Y ahora, dedicado a J.P. diré aquello de que el sabio crea, el genio roba y el mediocre copia. Y luego está el que ni crea, ni roba ni copia y, por último, está el que decora y bendice casas que combinan los clavelitos con las mocitas madrileñas.

¿Champán? Sidra "El Gaitero". Y no voy a tirar ni una gota. El champán se tira. La sidra se bebe.