lunes, 5 de noviembre de 2012

Ser tío es guay (primera parte)

El sábado pasado nos fuimos mi crío y yo a Mestalla. Fue un día especial. Ir al fútbol es especial. Ir a ver al Atleti es especial. Compartir vivencias con mi hijo es especial. Hacer cosas de tíos juntos es especial. A Mestalla nos fuimos. No sé quién estaba más emocionado de los dos. Dice que es del Barça pero ya está reculando. De hecho llevaba él mi bufanda colchonera puesta y la lucía con orgullo. ¿Messi? ¿Quién es Messi? Simeone es Dios y Falcao su profeta, al menos hasta mayo del año que viene. Llegamos a Mestalla con mucho tiempo de antelación. Subimos hasta nuestras localidades. Tuvimos que hacer varias paradas para ir acostumbrándonos al déficit de oxígeno. Saludamos al cóndor y al Yeti y retiramos las nieves perpetuas de nuestros asientos (encima que nos invitan no nos vamos a quejar). Los del Frente Atlético ya estaban en su rincón gritando y provocando a los valencianistas. Estos les respondieron en el mismo tono. Mi hijo se asustó y escondió la bufanda. –Tranquilo, que no nos va a pasar nada. –No, no. Sacamos nuestros bocadillos y cenamos. Podíamos haber cenado en casa, pero un partido sin bocadillo ni es partido ni es nada. Acabó el calentamiento. Salieron los jugadores al campo. Aplaudimos a los nuestros. -¡Venga Radamel! Comenzó el partido.

Perdimos. Jugamos bien y fuimos mejores pero esto del fútbol consiste en marcar más goles que el rival y si sólo tiras una vez entre los tres palos pues mal asunto. El partido fue muy tenso. Yo sufrí mucho. Mi crío sufrió poco, la verdad. Estaba en su asiento observándolo todo y preguntando. -¿Por qué gritan? –Porque Falcao le ha dado un cabezazo a Soldado en la bota y no le han expulsado. -¿Y ahora? –Es al séptimo jugador del Valencia que le da un infarto y cae fulminado al campo de repente y están reclamando un cardiólogo en el equipo médico. -¿A quién le llaman burro? -Al árbitro. -¿Por qué? -Porque toda esta chusma no tiene ni puta idea.  –Papá, ¿por qué dices tantas palabrotas? –Porque me jode mucho perder en esta casa de putas, pero tienes razón, hijo mío. Lo que yo hago está mal. Muy mal. Tú no lo repitas nunca. Y no se lo digas a mamá. -¿Quién sale ahora? –Nelson Valdez. –Ése va a marcar un gol. Siempre marca. Y marcó. En el noventa y no sé cuántos. Y todo el camino de vuelta a casa me lo estuvo recordando. –Te lo dije. Te dije que Valdez marcaba. Tú dijiste que no pero yo tenía razón. Ya no llevaba la bufanda. La llevaba yo. No se la quiso poner. Fue una lástima perder y no sólo por perder. Hubiera sido definitivo. Se habría corregido su desviación culé. Habría abandonado la vida fácil y se habría convertido a la vida en rojo y blanco. Pero no pasa nada. Es cuestión de tiempo. La semilla está dentro. No tardará mucho en germinar. Éste se hace colchonero sí o sí.

7 comentarios:

sierpe dijo...

Papa : ¿ Por qué somos del atleti?

El Impenitente dijo...

Sierpe, construye una frase con corazón, razones, razón e ignora.

J.P. dijo...

Me alegré un poco con vuestra derrota, pero ahora me da un poco de pena... Bueno, una lástima, es lo que tiene ser del sexto equipo de Madrid (R.M., Rayo, Getafe, Fuenlabrada, Navalcarnero...)

Juan Rodríguez Millán dijo...

Cuánta razón hay detrás de esa frase de que un partido sin bocadillo ni es partido ni es nada. Y qué bonito es el fútbol, joder. Con palabrota y todo.

El Impenitente dijo...

Ser el sexto equipo de Madrid no es ninguna deshonra, sobre todo cuando se es el mejor equipo de Europa. Y sé que tu pena y tus lágrimas son sinceras, cocodrilo mío.

Juan, seguro que en Anoeta los bocadillos son mejores que en el resto de campos. La tradición gastronómica es lo que tiene.

Slim dijo...

mientras no se haga del primer equipo de Madrid estás salvado :-) al menos mientras dure la era Mourinho

El Impenitente dijo...

Si miras la clasificación de la Liga mi hijo está a punto de hacerse del primer equipo de Madrid. Eso es un dato. El resto, pura distorsión interesada.