sábado, 8 de septiembre de 2012

Pin Pan

Cuando escucho esta canción, no puedo por menos que recordar a un niño que se emocionaba cuando la escuchaba con su padre.

El padre es mi padre. El niño soy yo. La canción es “Pájaro campana” del Trío Los Paraguayos. El Pin Pan. Esta canción es el Pin Pan. Mi padre tenía un magnetófono y varias cintas, algunas de música clásica aunque la mayoría eran de folclore hispanoamericano, las buenas, las que de verdad me gustaban. El Pin Pan era la primera canción de una de aquellas cintas y no podía dejar de llorar cada vez que la escuchaba. Me emocionaba siempre. No sé cuántos años tendría yo entonces: cinco, seis, siete, menos quizá. Como mis críos ahora. Y mi padre me envía el Pin Pan. Y de nuevo la magdalena de Proust. De nuevo el poder evocador de los sentidos abriendo de par en par los rincones perdidos de la memoria. Y vuelvo a emocionarme. Y vuelvo a llorar. Y no es sólo por todo lo que esta canción significa. Vuelvo a mi infancia, sí. Vuelvo a mi casa, sí, en Madrid, con mis padres, con mis hermanos, cuando éramos seis. Pero no es sólo eso. Mi padre ahora soy yo. El niño es cualquiera de mis críos. Es una escena que no ha pasado. Mis críos siendo adultos pero siendo siempre niños a mis ojos. Y yo evocando y disparando mis magdalenas a los rincones perdidos de su memoria para ver si son suyas también, deseando acertar. Una cadena sin fin, supongo. El engranaje de una cadena. Nada nuevo en todo caso. Un hijo con su padre. Un padre con su hijo.

7 comentarios:

3'14 dijo...

Magníficos recuerdos de infancia.

Tus hijos saborearán la magdalena al ritmo del Au si te pego. Que antes eran cuatro cintas y se escuchaba lo que había sí o sí. Ahora son ellos, los niños, los que nos ponen banda sonora a nuestra historia de padres (o no, si tratamos de remendar su pésimo gusto).

De todos modos, lo que importa es que nuestros padres estén presente en nuestros recuerdos (de un forma tan evocadora como tu has narrado), y que, cuando nuestros hijos ya mayores agiten el saco de la memoria, aparezcamos también nosotros.

El Impenitente dijo...

Si cuando mis críos, en el futuro, agiten el saco de la memoria aparezco yo junto al ai se eu te pego sentiré que he fracasado como padre.

Paco dijo...

Qué bonita es la nostalgia. Me ha recordado una frase de un libro que me encanta:

"... sintió en cambio una gran nostalgia, no sabría decir de qué, pero era una gran nostalgia de una vida pasada y de una vida futura, sostiene Pereira".

Slim dijo...

aaay yo tambien tengo alguna cancion de esas, de cintas escuchadas una y otra vez en el coche, sobre todo de Los cinco latinos! las escucho y me viene hasta el olor del coche de mi padre, que por cierto era un poema.

El Impenitente dijo...

Nostalgia de una vida futura. Ésa es la frase, Paco. Ésa es la frase.

El R12 y el 131 Supermirafiori de mi padre, con sus olores característicos que eran el mismo teniendo en cuenta que mi padre fumaba Ducados. Aquellos viajes los seis metidos dentro también eran un poema. Y todos los fines de semana nos íbamos al secarral.

SisterBoy dijo...

A mí me ocurre con Nat King Cole en español.

http://youtu.be/0RagjOmV0wU

El Impenitente dijo...

Toma chocolate. Paga lo que debes.

Nat King Cole en español es, en mi opinión, imprescindible. Y en inglés también es de los grandes:

http://www.youtube.com/watch?v=rOJNb9XCRwY

Ese King está muy bien puesto.